¡Hola! Hace tiempo a las personas que querían saber más cositas de Scarlett Butler les mandé esta parte de lo que ando escribiendo y espero sea publicado en 2023. Os dejo hoy ese capítulo sobre Phoebe, la secretaria de Alice en "Touchdown a mi corazón". Espero que lo disfrutéis... 💜
La joven secretaria echó a correr tras el dueño del equipo casi llevándose por delante al jugador que se quedó estupefacto al verla salir sin mediar palabra. El pánico se había apoderado de ella dominándola por completo.
—Perdón, señor. ¡Disculpe!
El dueño de los Brave Patriots se giró al oír la dulce voz de Phoebe a quien le tenía mucho cariño.
—Querida, ¿sucede algo?
¿Qué si sucedía algo? El señor Mulhonney planteaba la opción de que ella, quien estaba enamorada de Sullivan, pasara a su lado mes y medio codo con codo. ¿Haciendo qué, exactamente?
—Verá no quiero llevarle la contraria pero yo tengo bastante faena como para estar cuidando de uno de sus jugadores.
—Los muchachos están de vacaciones. El entrenador mismo está de vacaciones en Seattle. No creo que haya tanto trabajo, querida.
La secretaria fue a quejarse pero el dueño del equipo la interrumpió antes de que lo hiciera.
—Además, una vez que el equipo ha remontado no hace falta que vengas a la oficina temprano todos los días, Phoebe. Es verano, aprovecha tú también para tomarte esas vacaciones aunque sea llegando más tarde ya que no has querido ausentarte de las oficinas.
—Pero es que yo no sé qué tengo que enseñarle a Sullivan. Mi trabajo es muy variado…
Tenía que conseguir de cualquier forma que el jugador no merodease a su alrededor de ninguna de las maneras. ¡No era ni siquiera una opción!
—Sus profesores simplemente quieren tenerle entretenido, que aprenda un poco de la otra parte de formar parte de los Brave Patriots. El trabajo desde dentro de un equipo de fútbol.
—Aun así quisiera saber si mi trabajo va a seguir en pie ya que me contrataron para ser su secretaria y cuando se fue vino Alice. Pero ahora ninguno de los dos está aquí y no entiendo si debo seguir aquí o buscarme otra cosa…
Divagaba. Si bien era cierto que fue contratada para ser la secretaria del señor Mulhonney, al marcharse él y llegar la psicóloga se encargaría de ser la secretaria de ella. Una vez que la doctora hizo su trabajo no sabía si debía seguir en su puesto o era hora de volar lejos de aquel lugar.
—Yo sigo trabajando aquí, querida. Ahora me apetece estar con mi familia y es por eso que mi hijo va a tomar las riendas en mi ausencia. Serás su secretaria. Él mismo se iba a encargar de decírtelo pero hasta mañana no llega de viaje. Querida Phoebe, no te preocupes porque tu trabajo sigue asegurado al cien por cien. Y ahora si me disculpas debo coger un avión privado.
Le besó la mano y se fue apoyándose en su bastón. No solamente iba a tener que soportar la cercanía de Sullivan por quien suspiraba sino que encima tenía nuevo jefe. El hijo del señor Mulhonney. Un tipo más bien serio con el que apenas había cruzado palabra pero que desde lejos parecía bastante estirado y serio.
—¿Hay algún problema?
El jugador que se había cansado de esperarla en la oficina salió en su busca. La chica se dio la vuelta enseñando su sonrisa más bonita de esas que se ponen cuando estás atacada de los nervios. Mierda, por un instante se había olvidado de lo guapo que era.
—No, solamente necesitaba aclarar unos asuntos con el jefe que parece que ahora ya no lo es sino que lo va a ser su hijo, y yo de verdad no entiendo nada de esto…
Todo eso lo fue diciendo mientras caminaba a su oficina. Sullivan que notó que se sentía inquieta la paró y tomándola por las manos las puso sobre su pecho. ¿Pero es que ese hombre se había vuelto loco? ¡Estaba tocando el fibroso pecho de Sullivan!
—Respira, cierra los ojos y siente la calma llegar hasta ti.
¿Pero cómo quería que hiciera eso si ese contacto le hacía querer lanzarse a su boca y devorarla sin vergüenza alguna?
—¿Qué haces?
—Es una técnica que la doctora Campbell me mostró. Desde que me la enseñó me ha ayudado mucho para relajarme.
Maldita Alice, si la tuviera delante le iba a decir alguna cosita. ¿Por qué no estaba de vuelta?
—¡Sulli, tío!
Aquella voz irrumpió en el pasillo y Phoebe aprovechó para soltarse del jugador y correr los pocos pasos que había hasta su despacho dejando la puerta abierta.
—Eh, oye, ¿qué demonios haces con mi hermanita?
A Phoebe se le detuvo el corazón al escuchar al idiota de su hermano decir eso. Seguro lo había soltado solamente para ver la reacción de ella. La chica se acercó al marco de la puerta asomándose con cuidado de que la vieran. Necesitaba oír mejor y el frenético latido de su corazón se lo impedía bastante.
—¿El qué…? ¡Ah, eso! No pienses bobadas. Tu hermana estaba nerviosa y trataba de ayudarla con una de las técnicas de Alice.
—¿Seguro?
—Jack, por el amor de Dios. Es tu hermana y si hay un código entre amigos es no meterte sentimentalmente con sus madres, hermanas o primas.
A Phoebe se le partió el corazón. No es que creyera que tenía alguna posibilidad con él pero hacerse ilusiones siempre es inevitable. Oyó que ambos reían por algo y sus pisadas alejándose al menos le dieron la paz que necesitaba para recuperarse. Los vio alejarse por el pasillo cuando se fijó que había un papel en el suelo. Se acercó hasta allí y lo cogió.
—Maldita sea.
Se trataba de un folleto en el que se podía ver a Sullivan en ropa interior con la mano derecha en la cabeza y la otra en la cadera. Una fotografía en blanco y negro anunciando una marca de calzoncillos que a juzgar por la imagen le quedaban de fábula. Era el tipo de chico joven y experto que tenía locas a todas las chicas y que elegía a mujeres con medidas de infarto y cuerpos de escándalo. Ella no estaba cerca ni por asomos de aquella descripción. Para su desgracia él tampoco estaba interesado en ella y tener que estar al lado de aquel cuerpazo cuarenta y cinco días iba a ser un verdadero suplicio.