viernes, 29 de diciembre de 2017

El último vistazo al 2017 y ¡hola! al 2018

En apenas unos días el 2017 nos abandonará para dar la bienvenida al nuevo año y aquí estoy yo repasando las fotos que he subido a lo largo del año, aquellas en las que me han etiquetado, leyendo posts antiguos y entradas... para no dejarme un solo detalle pero mucho me temo que algo se quedará en el camino.

Empecé el año con reseñas que me iban llegando sobre la historia que publiqué la navidad anterior: "No sé por qué te quiero", la segunda historia de la serie "Las Tres Marías". Esta fue una novela que fui viviendo al mismo tiempo que los lectores vía Wattpad y fue una experiencia bastante bonita.


Después hubo meses de subidas y bajadas en varios aspectos, comencé a tocar el piano que siempre ha sido uno de mis sueños y por el que sigo luchando pues por alguna razón la música no es lo mío por mucho que me empeñe. Pero también ha sido un año algo extraño porque ha habido momentos de respiro y de dejar de escribir durante temporadas. Me costó mucho comprender que no pasaba nada por las largas ausencias en las que no venía la inspiración, que no importaba si publicaba un libro más o menos, que tenía que relajarme, respirar, observar, disfrutar y cuando las ganas volviesen y me sintiera de nuevo con energías, allí estaría, porque escribir es una de las cosas que más me gusta y me ayuda en ocasiones pero nunca debe ser una obligación. Este fue uno de los errores que cometí, forzarme a escribir algo cada día. Llegaba cansada del trabajo y me obligaba con una disciplina férrea a hacerlo. Resultado:la nada absoluta y una incomodidad latente al tener que escribir. Finalmente al aceptar todo esto, centré mis prioridades, me dediqué a otras actividades, me dediqué a mí misma, a mi gente, a leer lo que quisiera cuando me apeteciera, a no frustrarme, a sentirme bien otra vez.


Y tras mucho divagar, tras rechazar a seis editoriales que quisieron esta historia (que en principio será una serie de libros), me lancé de nuevo a algo que me encanta: la autopublicación. Pero como digo no fue porque no podía hacer otra cosa, pues puedo decir bien alto y sentirme orgullosa de que mucha gente se interesara por la novela. Sin embargo, tenemos que tomar decisiones y plantearnos qué estamos buscando, adónde queremos llevarles y qué esperamos de su publicación. Por ello volví a autopublicar y la acogida fue brutal. El mes de julio fue en parte agotador a nivel profesional pero muy, muy, muy satisfactorio por otro lado. 

Con todo esto puedo decir que ha sido un buen año a todos los niveles. He crecido, he reflexionado, me he llevado decepciones, he conocido a gente extraordinaria, he llorado, he reído, me he sentido triste pero también acompañada... Aunque si tuviera que elegir una sola palabra que definiera este 2017 sería esta: APRENDIZAJE. Puedo atribuírsela a todos los niveles de mi vida y encajaría a la perfección en cada uno de ellos.

¿Y ahora qué?

Ahora llega un nuevo año con nuevos proyectos y nuevas experiencias que estoy deseando contaros. La primera de ellas es el último libro de "Las Tres Marías". Con Alba comencé este camino y Elena fue la segunda en hacer acto de presencia. Este 2018 es el año de Olivia y de su historia. Sé que hay expectativas sobre su novela pero permitirme que me tape los oídos y los ojos, y me deje llevar por lo que ella tenga que contarme. Espero que aún así sea una historia que os guste tanto como las de sus amigas. 


La otra novedad es la publicación de mi querida bailarina, esa novela de la que os fui hablando poco a poco a través de mis redes sociales y que en este caso ha encontrado un hogar: La selección RNR. Una novela que saldrá por el mes de abril en formato digital, una historia muy, muy romántica, bucólica en alguna ocasión, con mucho ballet, mucho "Lago de los cisnes" y sobre todo un amor muy puro e intenso. A lo largo de los próximos meses iré contándoos más cosas sobre ellos, sobre Aleksei y Katerina.



Y ya sabéis como son las musas de caprichosas que vienen y van. Llevo varios meses con una nueva historia, con Diego y Bea que llegan, se quedan un tiempo y se vuelven a ir. Y no me preocupa, no tengo prisa, no quiero correr, no quiero volver a sentir esa frustración y esa presión. Estoy segura que a lo largo del año que entra vendrán muchos días a estar a mi lado, a susurrarme su vida, a hacerme partícipe de lo que les duele y les hace sentir vivos. 


Con todo esto quiero agradecer de nuevo el apoyo que me brindáis y que lleváis brindándome desde el primer día. Gracias de todo corazón porque sin vosotros Scarlett no existiría. ¡Feliz año 2018!

sábado, 9 de diciembre de 2017

Nuevos comienzos

Sábado de un puente festivo, de esos en los que el pijama es el único atuendo que va con tu estado de ánimo. Finales de trimestre para una profesora significa estar agotada y llegar arrastrada al inicio de las fiestas navideñas. Por eso este pequeño descanso en este ajetreado mes es un regalo. Necesitaba descansar, leer mucho, volver a tocar el piano que he descubierto es una terapia fabulosa que me relaja, y sobre todo, regresar a las otras teclas, a las del ordenador.


Hace casi un par de meses que no me pasaba por aquí y aunque no sea muy asidua a pasarme por el blog, de vez en cuando me gusta escribir sobre lo que se me pasa por la mente o para hablaros de personajes, historias, opiniones... y hoy quiero hablar de los nuevos comienzos. No sé muy bien por qué, aunque tampoco le busco una explicación lógica, pues muchas veces esto que hacemos poco tiene que ver con la razón. Hace unos días comuniqué que aquella novela de ballet que tantos meses me llevó crear encontró su hogar donde espero que sean felices y os haga emocionaros y recordarlos con una sonrisa al acabar su historia. Es la séptima novela que escribo. Da un poco de vértigo decir el número. En casi tres años he recorrido diferentes lugares, he conocido a personajes especiales, distintos, con sus miedos, sus inseguridades, sus fortalezas, su arrojo en la vida... y con todos ellos la escritora ha crecido, ha aprendido, evolucionando, cometiendo errores pero sobre todo disfrutando del camino.


Ha habido momentos de bajón, de tensión, de dudar, de plantearte muchas cosas, hasta que llegas a ese momento en el que las cosas se calman y vuelven a su sitio. Esta mañana hablando con una compañera me daba cuenta una vez más del objetivo de todo esto: escribir lo que me apetece. Algunas veces se difumina el propósito de todo esto y nos confundimos tomando un camino que no nos hace felices e incluso nos hacer sentirnos mal. En este tiempo he aprendido que el único camino posible es el de escribir aquello que quiera plasmar en una hoja, escribir para uno mismo.



Por todo esto llega ese nuevo comienzo, ese renacer. Hace relativamente poco estaba agotada e incluso había perdido la ilusión, como si hubiese perdido un poco el norte en este camino. El tiempo es necesario y curativo en esas situaciones.Y cuando llega el momento lo sabes, hoy lo sé. De nuevo he vuelto a retomar la escritura, a hacerlo porque me sienta bien, me relaja, me calma. Atrás dejo historias que tuvieron su momento, que han sido disfrutadas y que siempre permanecerán en mi corazón por un motivo u otro. Vamos allá con los nuevos comienzos, las nuevas historias, los nuevos personajes, los lugares, las sensaciones... a sentir la magia donde todo comienza.







PROYECTO FINALIZADO

 El fin de semanada pasado puse punto final a la novela número quince. Parece mentira que ya pueda decir ese número pero ahí está.  Sueño co...