jueves, 1 de diciembre de 2016

A la chica que no fui


Ayer de repente me vino a la cabeza esa idea absurda que en ocasiones tenemos sobre cómo serían de diferentes nuestras vidas si hubiéramos tomado otras decisiones. Y así es cómo comencé este post, pensando en qué le diría a la chica que no fui. Le diría que fuera paciente, que no corriese ni fuera ansiosa, que meditase bien ese contrato que firmó con tanto ímpetu, que no quisiera volar cuando apenas sabía correr, que viviese cada instante como si fuera mágico, que aprovechase cada momento con esas amigas a las que perdió por la distancia física o por la que se creó en ambas direcciones.

También hablaría con ella para animarla a ser más valiente, más sincera, la alentaría a probar esas experiencias que siempre vio en sus compañeras y amigas, pero que le dieron tanto miedo que le impidieron lanzarse. Que no fuera tan confiada ni tan buena, que no se dejase utilizar. Le diría que la vida es arriesgarse, es salir y no entrar, es intercambiar opiniones, es conocer mundo, es atreverse... Y sobre todo le recomendaría que no se fijase en los pequeños detalles absurdos del día a día, esos que poco a poco la iban quemando y apagando. Le repetiría hasta la saciedad que luchase por conseguir sus sueños, todos y cada uno de ellos, sin dejarse vencer. Y que sonriera, más, iluminando su vida a diario, sintiéndose feliz en cada gesto amable, en cada caricia de un niño, en cada logro y en cada fracaso. En definitiva intentaría que fuera la chica que no pudo ser.

                                                                                      SCARLETT BUTLER

PROYECTO FINALIZADO

 El fin de semanada pasado puse punto final a la novela número quince. Parece mentira que ya pueda decir ese número pero ahí está.  Sueño co...