domingo, 15 de octubre de 2017

Y volver, volver...

Llevo tiempo sin actualizar el blog y hoy ha sido el día en el que por fin he dicho "llegó el momento". Y con eso de que ha llegado el momento me refiero a hablar de varias cosas.  En primer lugar, y a pesar de sonar repetitiva y cansina, quiero dar de nuevo las gracias a las personas que desde la entrada a finales de mayo donde hablaba de tomar un descanso, han seguido interesándose por mí a través de mis redes sociales. Gracias a toda esa gente bonita por esta siempre ahí.

Finales de mayo... casi marea contar los meses que han pasado desde entonces. Muchas cosas han sucedido en este tiempo, sobre todo a nivel personal. En esos meses me alejé bastante de la escritura, algún día aislado encontré las ganas de ponerme de nuevo a teclear algo, pero nada convincente. Hablando con amigas escritoras comprendían cómo me sentía, pues la mayoría de nosotros necesitamos ese descanso, ese respirar para retomar  fuerzas y priorizar otro tipo de necesidades que llenan nuestra vida. De hecho estoy incluso a favor de parar, descansar, airearse y regresar con mucha más energía. El trabajo tampoco fue algo liviano y el tiempo se limitaba bastante. Hace unos días acudí a un café literario que tenía lugar en Córdoba y allí hablé de esa necesidad. Os dejo aquí el link de la crónica que hizo una de las organizadoras: https://persiguiendoycreandosuenos.blogspot.com.es/2017/10/cronica-xiii-cafe-literario-by.html


En este tiempo acabé la corrección de la historia de los bailarines que en estos momentos está en manos de las lectoras cero, reposando antes de ver la luz. Como ya comenté en el pasado mes de mayo voy a contaros algunas cosas sobre este proyecto. Es una historia que ha tardado más de un año en cerrarse, desde que la empecé. De hecho nada tiene que ver con aquella primera escaleta que hice en aquel frío mes de enero. Ha evolucionado mucho, la historia de los personajes ha variado tanto que no se parecen en nada a los originales. Es una novela a la que le tengo un cariño especial por los lugares en los que se ambienta, por ser esa historia un poco cuento de hadas, romántica como el propio ballet que la inunda en cada página...



Y así, de la nada, un día de nuevo volvieron las fuerzas, las ganas de contar cosas, volver a pequeños retazos de documentos de Word que esperan pacientemente. Seguro que habrá escritores de acuerdo conmigo en que hay días en los que la inspiración te abandona, días en los que apenas consigues escribir media hoja, días en los que las musas juegan contigo. Por suerte hay otros en los que las palabras fluyen sin descanso. De nuevo he vuelto a encontrarme con esa sensación, en la que desearías que el tiempo no corriese y tuvieras que ir a trabajar o a comer simplemente. Días de pensar en los proyectos abiertos y tras reflexionar mucho, decides que mande el corazón, dejarte llevar por él para lanzarte (deseando que la red aparezca) a esa historia que lleva meses dando vueltas. Sé que habrá momentos de desesperación cuando la musa juegue conmigo y me abandone dándome el espacio necesario para tejer los hilos de esta nueva historia romántica contemporánea. Pero también sé que habrá otros en los que me pierda en su locura, en los que me deje la piel en cada sentimiento, emocionándome, riéndome, enfadándome... pero sobre todo feliz de encontrarme de nuevo al cien por cien, al sentir que de nuevo las palabras vuelan a la velocidad que los dedos me permiten, orgullosa de lo poco a poco que se va creando, volando y, en especial, regresando a casa. Y volver, volver...





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