No me puedo creer que esté escuchando esta música. Joder si
se enteran mis amigas se parten de risa en mi cara y con razón. ¿Desde cuando
me gusta a mí este grupo de críos? ¡Que no soy una quinceañera! Tendida en la
cama de mi habitación con los auriculares en los oídos las voces de cinco
chavalines inundan la soledad que siento en este momento. El desasosiego, el
nudo que se ha instalado en mi pecho y al parecer ahí se va a quedar, el ahogo
que no me deja respirar… «Joder Laura me cago en la leche, ¿desde cuándo eres
tan intensa?», no dejo de decir chorradas románticas de las que les gusta a
Clara y Patricia. Pero yo no soy así. Nunca lo he sido, siempre he ido de flor
en flor, picoteando, revoloteando, siendo un espíritu libre sin preocuparme si
se enamoraban de mí porque la primera que no lo hacía, era yo. Y digo bien,
era, porque eso ha cambiado. Él lo ha
hecho. Antes de conocerle era la loca de siempre, divertida, directa, valiente…
Y ahora soy una pobre chica enamorada hasta las trancas escuchando música pop
adolescente. Me has jodido Samuel y bien jodida, y no, no me refiero al tema
sexual que de ese ya no gasto. Desde que
a mi amiga Clara se le ocurrió la “brillante” idea de meterme en sus rollos
para ayudar a su hermana, mi vida se ha ido a la mierda. Él lo presenció todo y
por mucho que le expliqué que era para ayudar a Alex, por que estaba saliendo
con un subnormal en potencia, le dio igual. Me dejó. A la alocada, desenfada y la que pasaba de un
tío a otro sin preocuparse de los sentimientos. Y me jodió. Mucho. Siempre
andaba con cuidado, cuando veía que comenzaba la fase “encoñamiento”, me
alejaba corriendo haciendo uso de aquel “pies para que os quiero”.
Pero siendo totalmente sincera no siempre fue así . Venga,
lo voy a reconocer. Sí que hubo alguien antes de Samuel, alguien que me
despertó al mundo tonto de los corazoncitos que se salen por los ojos. El que
me descubrió el amor, las tontunas románticas como las flores, los bailes a la
luz de la luna, las escapadas a la casa de la playa de sus padres para
devorarnos y no despegarnos durante días, los abrazos silenciosos e intensos
que me aportaban tanta paz… «Joder qué
moñas me estoy poniendo», y todo por su culpa. Si él no me hubiese destrozado
para otros, Samuel no habría tenido oportunidad de joderme viva. Después de él no creí que fuera a pasarme de
nuevo, sobre todo porque yo lo impedía. Me ponía la coraza y no dejaba que
nadie entrase a ese lugar prohibido que quedó vetado tras su paso por mi vida.
Y lo peor de todo es que creía que lo tenía superado pero ni de coña. Ahora que
Samuel me ha vuelto a romper, he recordado todo y joder, la herida se ha vuelto
a abrir.
Me quito los auriculares pues ya he tenido bastante del
grupito de moda por un rato. Me quedo en la misma posición en la que llevo
varias horas, vegetando. Hoy ni siquiera tuve fuerzas de ir al trabajo, a MI
trabajo, ese que me encanta. No lo puedo creer, yo no soy esa chica debilucha,
llorosa y deprimida. Porque sí, lo reconozco, desde que corrí tras Samuel para
explicarle la situación no he dejado de llorar por todas las esquinas.
Solamente dejo de hacerlo cuando duermo y al despertar todo lo ocurrido se me
viene a la mente y vuelta a empezar. Como siga así me deshidrato. Al no tener
ganas de nada, decido que dormir es la mejor opción, pero como cada día el
problema sigue ahí. Las sábanas. Esas en las que Samuel ha dejado su olor,
jodido olor el suyo que me vuelve loca y hace que me enamore aún más. Esas
sábanas que han sido testigo de todo lo que hay entre nosotros, porque no es solo
sexo entre nosotros. No sé definirlo bien. Es como la primera vez que te
enamoras y te entregas a la pasión, todo es nuevo, sorprendente, te arrastra como un huracán y se te queda
pegado a la piel. Así es con Samuel. Jodido Samuel, sé que la he cagado y lo
peor es que no sé cómo solucionarlo. Me quito la ropa para echarme a dormir,
para sentir los residuos que quedan en la cama de él pero en cuanto cierro los
ojos no es él al que veo. Es otra persona, otros ojos, otro pelo, otra sonrisa.
El que me rompió para los demás y me convirtió en un robot contenido de
sentimientos. Y entonces recuerdo cómo pasó todo…
Genial sigue
ResponderEliminarMe gusta!!!
ResponderEliminarMe gustaaa!!
ResponderEliminarMe gusta. Síguelo, por fi!!
ResponderEliminarNecesito la continuación!!!!!!!
ResponderEliminarMe encanta, me suena tan familiar. Un poquito más por favor.
ResponderEliminarGenial!!!!! Tienes que decirnos más! Por cierto, ya te sigo :P
ResponderEliminarOhhhh que buenísima pinta!!!!! Jejjeje lo dicho quiero más!!!!! Besazos!!!!
ResponderEliminarMe encanta!!! Quiero saber más. Más de Laura, de Samuel y del chico misterioso.... Un besazo!
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