Antes de comenzar con este artículo quisiera
explicar el por qué hablar de este género. Mi primera y tercera novela se
enmarcan dentro de este género y cuando me planté ante el ordenador a
desarrollar sus tramas, lo pasé de miedo.
Por esto, me he parado a reflexionar sobre el chick- lit. Lo confieso, soy una de esas
autoras a la que le cuesta creer en los
géneros. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que no me gusta mucho eso de
dividir la literatura, pues se trata de etiquetar y ordenar, pero nada más. Es
evidente que es útil para organizar nuestro mapa mental (y las secciones de las
librerías) pero muchas veces tendemos a arrastrar ciertos prejuicios junto a
los géneros. En una entrada en mi blog hablaba del género de la novela
romántica, siempre considerado el “género chico”, “el de la novela rosa”, de
peor calidad que otras obras literarias con diferente temática… Al igual que la
romántica, el género erótico también lleva sus propios prejuicios, en especial
cuando es una mujer quien firma la novela. Muchas compañeras han sufrido ese
momento de miradas suspicaces, comentarios vulgares y de mal gusto, y
acusaciones de ser un demonio con algún problema en su sexualidad, por lo
menos. Incluso estoy segura que muchas han oído aquello de “¿tu familia sabe
que escribes estas cosas?”, y es entonces cuando pienso en aquellos escritores
de terror como Stephen King a los que no creo que le hagan preguntas del tipo “¿cómo
anda usted de salud mental al escribir sobre asesinatos, vísceras y
psicópatas?”.
Pero de lo que hoy vamos a hablar es del género chick- lit. Recuerdo la primera vez que
escuché aquella palabra y me quedé pensando de dónde vendría. Según San Google:
“se trata de un género dentro de la novela romántica, que actualmente está en
auge, escrito y dirigido para mujeres jóvenes, especialmente solteras, que
trabajan y están entre los veinte y los treinta años”.
Tras leer su definición seguí reflexionando por qué
debe estar dirigido a mujeres solteras en ese rango de edad, ¿es que el público
masculino no pueden divertirse con estas historias? ¿O las mujeres de más de
treinta años? Mi visión personal es que es un género de estilo romántico-
contemporáneo con grandes dosis de humor, amor, sexo, amistad y situaciones que
nos pueden pasar a todos en nuestro día a día.
Si vamos un poco más allá de los libros, hay series
de televisión como “Sexo en Nueva York”, basada en la novela de Candance
Bushnell, además de películas como “El diario de Britget Jones”, de Helen
Fielding.
Analicemos un poco más el chick-lit, ¿qué tienen todas
las obras pertenecientes a este género en común?
- Lo primero es la protagonista femenina, una
chica guapa, inteligente y algo caótica. Suelen ser chicas jóvenes, entre los
veinticinco y los treinta y cinco años (en muchos casos crecen a lo largo de la
historia), con un nivel adquisitivo medio/alto, solteras (o inmersas en una
relación que no las satisface por completo) y con una tendencia al dramatismo o al caos, que
dan un giro a sus vidas empujadas por decisiones laborales o sentimentales.
- Después
llega lo que llamo el gran momento del libro, aquel “chica conoce a chico”. Siempre coincide con
una situación absurda o ridícula que nos hace reír mientras pensamos en el
bochorno que debe estar pasando el/ la protagonista.
- Las
risas están aseguradas, si no te ríes, no es chick- lit. En numerosas ocasiones se busca el lado cómico de las
situaciones surrealistas o ridículas que atraviesa la protagonista femenina. No
tenemos más que recordar las situaciones por las que pasa Bridget Jones o Becky
Bloomwood, en “Loca por las compras” de Sophie Kinsella.
- La gran ciudad como contexto es esencial, lo
habitual es encontrar a la protagonista sobreviviendo en una gran ciudad como
Nueva York, Londres, Madrid, Barcelona…
- Rutina,
aquí se busca que el lector/ a diga “eso también me pasa a mí”. A los lectores
nos encanta sentirnos reflejadas en personajes como Carrie Bradshaw, de Sexo en
Nueva York. Esto es porque este tipo de novelas están salpicadas de miles de
situaciones cotidianas y apuros por los que todas hemos pasado alguna vez.
- Vida
glamurosa, pues tradicionalmente ha estado acompañado por el glamur y la moda:
zapatos, vestidos, purpurina... Por eso no es extraño encontrar en el interior
del libro marcas como Manolo Blahnik, Jimmy Choo, Dior… lo que añade glamur a
la historia. Si la novela ha conseguido que nos sintamos reflejadas en las
preocupaciones de su protagonista, verla acudir a clubs de fiesta en fiesta o
llevar la última moda en ropa, añadirá a la experiencia de la lectura la
motivación extra, pues además de sentirnos como ella, soñamos con ser como
ella.
- Los
amigos de la protagonista son otra pieza fundamental de la novela, son aquellos
que son vitales para la chica, los que la llevan “de la mano”, los que
colaboran en las situaciones caóticas,
pero aquellos que al mismo tiempo la aconsejan y la ayudan a tomar decisiones.
Por todo
esto es un género cada día más leído debido a su frescura, y su tono
irreverente y divertido, haciendo que las lectoras se rían a carcajadas y
sueñen con ser alguien diferente a lo que son durante un rato, sintiéndose en
la piel de esa chica que al final consigue su “felices para siempre” con el que
todas soñamos.
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