viernes, 20 de enero de 2017

Mis lectoras beta


Ayer me desmoroné un poco por una historia que lleva varios meses dando vueltas y que aún no ha conseguido encajar en el mundo editorial, ese que quiero llegue hasta ellos en lugar de la autopublicación (al menos es lo que me planteo por ahora). Afortunadamente me sentí muy arropada y mimada con muchas muestras de cariño tratando de animarme. Y ellas, las lectoras cero de su historia, como siempre me hicieron darme con la realidad de bruces. Siempre con cariño pero lo hacen de una manera tan efectiva que no puedo más que darles la razón. Y lo hago porque su trabajo no fue nada sencillo, ser el lector beta de un escritor es un trabajo complicado. Muchas veces se ofrecen lectores, amigos, familiares... Su labor fue difícil, decirle al escritor cosas como "esto no tiene sentido aquí", "te estás pasando en este punto", "¿por qué tal personaje hace esto?"... Al principio temía que me dijeran lo que me habían dicho otros: "fabulosa, genial, una maravilla..." Y aunque agradecía enormemente su esfuerzo al leer mi novela no hacían la labor que, al menos, yo considero debe hacer ese lector, ese trabajo que hacen ellas.


Cuando comenzamos no sabía qué me iba a encontrar, y aunque una de ellas no es correctora su trabajo fue impecable y muy profesional. Se leía los capítulos, me marcaba con fosforito las frases que no entendía o las faltas ortográficas y después me llegaba el consecuente Whastapp con impresiones. Para ser del todo sincera debo reconocer que a veces algunas cosas no las compartía con ella, pero tras reflexionar y valorar su punto de vista, acababa viendo lo que ella me decía y le daba la razón. Después era el turno de la segunda "beta" y además correctora. Ella en su faceta profesional me marcaba muchas más cosas y me iba preguntando cosas de la historia. Para acabar terminábamos las tres hablando en nuestro grupo sobre cómo avanzaba la historia, lo que nos gustaba, qué chirriaba, qué no encajaba, qué nos enamoraba y sobre todo quién... :) 


Y en ese camino aprendimos mucho las tres: a corregir erratas, a expresar nuestra verdadera opinión y ser sinceras unas con otras, y sobre todo a disfrutar de la lectura. Fueron infinitamente pacientes con mis ruegos cuando les pedía que mirasen si tenía coherencia, si el personaje evolucionaba, si no era demasiado "ñoño"...  Se lo he dicho muchas veces pero necesito hacerlo de nuevo, porque ellas me regalaron su tiempo, sus ideas, su honestidad y poco a poco se fue forjando el vínculo de la amistad que a pesar de la distancia se mantiene intacto, pues las tengo lejos físicamente. Ellas son Alejandra Alameda y Rocío Morales. Y como les digo cariñosamente, siempre serán las "titas" de esta historia. Desde entonces son las primeras en leer lo que escribo y aunque estén faltas de tiempo lo hacen sin ponerme ni una sola queja, y creerme puedo llegar a ser muy, muy, muy pesada (perdonarme, chicas). Ellas me han ayudado a crecer como autora, a asumir las críticas, me templan en muchas ocasiones, me alientan a continuar cuando me fallan las fuerzas y eso ya es mucho en este mundo literario que cada vez es más difícil. Gracias por ser mis lectoras beta, por aceptar el reto un día y no cejar en vuestro empeño de que Scarlett Butler siga adelante.  



2 comentarios:

  1. ¡Ay, qué identificada me he sentido con este post! Mucha gente no sabe lo importantes que son esas Lectoras 0 y el trabajo que hacen. Al principio, me pasaba como a ti, que tenía miedo de que me halagaran para no hacerme sentir mal diciendo algo malo. No fue así, por suerte, porque me dieron caña cuando la merecía y no siempre fue fácil aceptar esas críticas. Pero, ¿sabes qué aprendí también?: A defender mi historia y mi punto de vista, a no dejarme llevar por lo que decían si no estaba de acuerdo.

    No sé, yo les debo mucho y sé que con cada historia que escriba, ellas van a estar ahí.

    Ánimo y a seguir luchando?

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    Respuestas
    1. Gracias por tu opinión, y ya sabes que lo que necesites aquí estoy

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