jueves, 1 de diciembre de 2016
A la chica que no fui
Ayer de repente me vino a la cabeza esa idea absurda que en ocasiones tenemos sobre cómo serían de diferentes nuestras vidas si hubiéramos tomado otras decisiones. Y así es cómo comencé este post, pensando en qué le diría a la chica que no fui. Le diría que fuera paciente, que no corriese ni fuera ansiosa, que meditase bien ese contrato que firmó con tanto ímpetu, que no quisiera volar cuando apenas sabía correr, que viviese cada instante como si fuera mágico, que aprovechase cada momento con esas amigas a las que perdió por la distancia física o por la que se creó en ambas direcciones.
También hablaría con ella para animarla a ser más valiente, más sincera, la alentaría a probar esas experiencias que siempre vio en sus compañeras y amigas, pero que le dieron tanto miedo que le impidieron lanzarse. Que no fuera tan confiada ni tan buena, que no se dejase utilizar. Le diría que la vida es arriesgarse, es salir y no entrar, es intercambiar opiniones, es conocer mundo, es atreverse... Y sobre todo le recomendaría que no se fijase en los pequeños detalles absurdos del día a día, esos que poco a poco la iban quemando y apagando. Le repetiría hasta la saciedad que luchase por conseguir sus sueños, todos y cada uno de ellos, sin dejarse vencer. Y que sonriera, más, iluminando su vida a diario, sintiéndose feliz en cada gesto amable, en cada caricia de un niño, en cada logro y en cada fracaso. En definitiva intentaría que fuera la chica que no pudo ser.
SCARLETT BUTLER
lunes, 26 de septiembre de 2016
Entrevista en Orbe
Una entrevista estupenda gracias a Paquibell en la página de Orbe.
https://orbecultural.wordpress.com/2016/09/19/2431/
https://orbecultural.wordpress.com/2016/09/19/2431/
sábado, 17 de septiembre de 2016
¿Acaso es el fin?

Hago esta reflexión tras ser testigo de varios dimes y diretes. No soy persona que guste de polémicas ni dé opiniones, ni lo voy a hacer. Esta entrada es una sencilla reflexión personal.
Empezaré por explicar que soy autopublicada a la vez
que tengo dos libros con editoriales, y no por ello me considero mejor ni peor
que ninguna de mis compañeras. COMPAÑERAS, porque para mí lo son, todas y cada
una de las que atrevieron a publicar alguna vez. No concibo regocijarme en la
desdicha de nadie en este mundo. El compañerismo es lo que debería movernos en
todos los aspectos de nuestra vida, pero por desgracia ya sabemos que no es así
por parte de todo el mundo. Y es que cada uno es de su padre y de su madre, con
sus valores y sus propias éticas. Todo respetable.
Y cuando juegan con nuestros sueños, nuestras
ilusiones y rompen las esperanzas que mantenemos, llega la decepción y el
desánimo, porque seguimos siendo personas “humanas”. Con nuestros sentimientos
y nuestros puntos débiles. Llega el momento de replantearse cosas, de decidir
si merece la pena seguir en el arduo camino, envenenado en muchas ocasiones, de
seguir publicando lo que escribamos salido de dentro, de expresarnos públicamente
y, sobre todo, de disfrutar de este camino que también tiene cosas
maravillosas.
No sé si será el fin, si hasta aquí llega la aventura, si
hay que escribir el punto final a la historia. Al menos sí es un punto aparte.
Esperemos que mañana brille el sol y volvamos a ser todo aquello que éramos y
con lo que soñábamos antes de ver la cruda realidad. Y sobre todo, gracias a
las que nos apoyan, las que se preocupan, las que no cejan en su empeño de
tirar de nosotras, las que nos animan a luchar y seguir disfrutando de esto que
nos llena y nos hace sentir tantas emociones. Volveremos a vernos.
SCARLETT
BUTLER
¿Acaso es el fin?

Hago esta reflexión tras ser testigo de varios dimes y diretes. No soy persona que guste de polémicas ni dé opiniones, ni lo voy a hacer. Esta entrada es una sencilla reflexión personal.
Empezaré por explicar que soy autopublicada a la vez
que tengo dos libros con editoriales, y no por ello me considero mejor ni peor
que ninguna de mis compañeras. COMPAÑERAS, porque para mí lo son, todas y cada
una de las que atrevieron a publicar alguna vez. No concibo regocijarme en la
desdicha de nadie en este mundo. El compañerismo es lo que debería movernos en
todos los aspectos de nuestra vida, pero por desgracia ya sabemos que no es así
por parte de todo el mundo. Y es que cada uno es de su padre y de su madre, con
sus valores y sus propias éticas. Todo respetable.
Y cuando juegan con nuestros sueños, nuestras
ilusiones y rompen las esperanzas que mantenemos, llega la decepción y el
desánimo, porque seguimos siendo personas “humanas”. Con nuestros sentimientos
y nuestros puntos débiles. Llega el momento de replantearse cosas, de decidir
si merece la pena seguir en el arduo camino, envenenado en muchas ocasiones, de
seguir publicando lo que escribamos salido de dentro, de expresarnos públicamente
y, sobre todo, de disfrutar de este camino que también tiene cosas
maravillosas.
No sé si será el fin, si hasta llega la aventura, si
hay que escribir el punto final a la historia. Al menos sí es un punto aparte.
Esperemos que mañana brille el sol y volvamos a ser todo aquello que éramos y
con lo que soñábamos antes de ver la cruda realidad. Y sobre todo, gracias a
las que nos apoyan, las que se preocupan, las que no cejan en su empeño de
tirar de nosotras, las que nos animan a luchar y seguir disfrutando de esto que
nos llena, nos emociona y nos hace sentir tantas emociones. Volveremos a vernos.
SCARLETT
BUTLER
lunes, 29 de agosto de 2016
La música que nos inspira
Después de unos días de descanso por la playita en la mejor compañía y de volver a habituarnos a la vuelta a la rutina, aquí estoy con un nuevo post más breve de lo normal. Hoy vengo a hablar de las cosas que nos inspiran a la hora de escribir las novelas, y a mí sin duda es la música. Me encanta sentarme a escribir y conectar el Spotify, a veces de forma aleatoria, otras busco la canción en cuestión. Y así es cómo empiezan a fluir las palabras, las teclas repiquetean bajo mis dedos, a veces a gran velocidad, gracias a lo que me transmite la canción.
Mi admirada Inma Cerezo hizo un post hace un par de meses dónde hablaba de la música en la romántica. Os dejo aquí el enlace para que no os lo perdáis, y donde hablaba de Amanecer en África, que es un claro ejemplo de lo mucho que me influye la música a la hora de escribir ya que la historia está plagada de música a lo largo de sus páginas: http://www.inmacerezo.com/2016/06/bandas-sonoras-novelas-romanticas/
Y así es cómo me inspiro (entre otras muchas cosas), pero la música es el factor principal. A veces nombro la canción y otras las guardo para mí y para Spotify. Y vosotras, ¿buscáis la canción que dice el autor y la escucháis mientras leéis? O si eres escritor, ¿haces lo mismo? Espero vuestros comentarios, ¡buen lunes!
domingo, 14 de agosto de 2016
EDITORIAL VS AUTOPUBLICACIÓN
Hoy
me acerco al blog con un tema complejo y difícil. Hace unos días recordaba con
unas amigas aquella vez que presenté Amanecer en África en el I Café Literario
que llevan a cabo Alejandra y Rocío en Córdoba. Ese día una lectora me preguntó
qué prefería: ¿editorial? ¿autopublicar?
No era la primera vez que me lo preguntaban y respondí lo que siempre
digo: ¿por qué no ambas? Otras compañeras han dado su opinión, así que me he
animado a aportar la mía.
Con mi primer libro, autopublicado,
estuve entre los más vendidos varios meses y a día de hoy, sigue en el top un
año y cuatro meses después. Con el segundo, con editorial, vendí en pocos meses
más de tres mil libros digitales (aquello fue un boom en toda regla). La vivencia
de autopublicar la disfruté tanto que me animé de nuevo y así lo hice en
diciembre conquistando el corazón de muchas lectoras con Mateo. De nuevo fue un
éxito y mucha gente así me lo hizo saber a través de mensajes y reseñas. Y con
el último de nuevo me lancé con nueva editorial.
Lo único que a veces me hace dudar de la
autopublicación es cómo lo ve la gente. Por desgracia me he encontrado con
lectores que ven al autopublicado como alguien que lo hace porque una editorial
no se ha fijado en él, pero nada más lejos de la realidad. Esta es una forma de
publicar un libro tan buena como otra cualquiera. De hecho hay autores de reconocimiento
internacional que en algún momento de su vida optan por esta vía, mientras
siguen publicando con editorial. Entonces, ¿dónde está el problema? ¿Acaso el
autor que publica con editorial tiene más prestigio que aquel que se autopublica?
¿Consideramos al autopublicado un escritor de segunda fila?
Personalmente es un modo de publicación muy
cómodo para mí, que me encanta y no descarto volver a hacerlo en un futuro
cercano. Lógicamente sigo enviando a editoriales que me interesan pues uno de
los puntos fuertes de estar con editorial es la visibilidad, que con la
autopublicación es mucho más difícil. No es lo mismo estar paseando por una
librería y fijarte en un libro, que entrar expresamente en una tienda digital a
adquirir un ejemplar. ¿A qué escritor no le gusta ver su libro en una librería?
Vivir la experiencia de las presentaciones, el calor del lector, ese cariño, el
intercambio de opiniones…
Dejando a un lado el trema económico: si
se gana más con una que con la otra, si el autor puede vivir de esto… quisiera
hablar de ambas desde mi experiencia personal. Yo he autopublicado en dos
ocasiones y las otras dos he publicado con diferentes editoriales. Con ambas
los escritores hacemos de publicistas, managers, etc. En mi caso tengo otro
trabajo por lo que a este le dedico parte de mi tiempo libre (a veces quizá
demasiado), pero ya se sabe “sarna con gusto, no pica”. Yo soy de los que piensan
que el autor debe cuidar su libro, promocionarlo, “venderlo”, porque en
definitiva es al autor al que le interesa que le lean y le sigan. Por ello nos
dejamos la piel en hablar con lectores (a mí particularmente me encanta esa
parte), creamos montajes de fotos, buscamos reseñas… Y aunque a veces es
frustrante y nos agota, veo que es una parte esencial de nuestra labor. Esto no
quita para que la editorial ayude al escritor y le eche una mano en la
promoción.
Sin embargo cuando me hacen elegir no
soy capaz de decantarme por una, cada una tiene sus untos fuertes y puntos
débiles. ¿Por qué no combinar ambas? Os animo a dejarme vuestras opiniones así
que escritores, lectores y bloggers animaros a dejar un comentario, ¡y a disfrutar
del puente!
lunes, 8 de agosto de 2016
El "mal" del escritor
Hace unas semanas acabé una nueva historia y me
planteé dejar pasar algún tiempo, no continuar escribiendo casi a diario, de
hecho pensaba en dedicarme a disfrutar el mes que me queda de verano. Relajarme
tras el año de trabajo, no pensar ni seguir creando personajes, historias,
tramas, dibujar mapas, garabatear y llenar cuadernos… Pero he aquí el mal del
escritor, que por mucho que tú te plantees algo, la mente divaga sin descanso y
antes de darte cuenta, te encuentras creando una nueva novela.
El descanso, que en un principio me planteaba de un
mes sabático (ilusa de mí), se limitó a unos pocos días. Llegué a pensar que estaba
loca, y que este tema de escribir (por suerte en vacaciones) a diario, me había
trastornado por completo. Fue un poema ver las caras a la familia con su famosa
frase: “este mes descansarás, ¿no?”. Yo mostré media sonrisa y dije eso de: “algo,
sí”. Pobres, lo que no sabían era que en este mes iba a documentarme para la
nueva historia, mientras escribía sobre otras que andan en el tintero
reclamando mi atención.
De este tema, del “mal del escritor”, he hablado
muchas veces con compañeras. Yo jamás imaginé que algo pudiera gustarte tanto
para no desear un descanso, es una fiebre que compartimos y sabemos
identificar. Cuando una compañera me dice: “acabé tal historia, ahora a
descansar”, no sé si reírme en su cara (esto queda feo por aquello de ser simpática
y amable), o darle una palmadita en el hombro y asentir con la cabeza mientras le
digo: “eso no te lo crees ni tú”. Quizá la comparación no sea del todo exacta
pero yo lo comparo a comer pipas, cuando empiezas, ya no hay quien pare. De
hecho somos tan fan absolutas de lo que hacemos, que empezamos historias y por
el camino nos van surgiendo tres millones de novelas más.
Puede resultar divertido, incluso anecdótico, pero
para el escritor a veces resulta frustrante, tener tantas historias perfiladas en
nuestra cabeza y no poder darles rienda suelta debido al trabajo, la vida
social, la familia… Entre compañeras hemos llegado a bromear diciendo aquello
de: “ojalá pudiera encerrarme en casa meses a escribir todo lo que tengo pendiente”.
En definitiva, este “mal” te hace ver que en ningún
momento el escritor es el que dirige las historias si no que ellas son las que
mandan, las que organizan, las que te guían, las que piden ser contadas en un
momento determinado... y poco puede hacer el autor por acallarlas. Sin embargo,
debo reconocer al mismo tiempo, que este es el mejor de los males que he
vivido, y ojalá dure mucho tiempo, porque nos llena, nos motiva, nos hace
movernos hacia delante y nos hace sentir cada emoción, tristeza, felicidad,
cada vida de cada personaje, y creerme eso, no se compara a nada.
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